sábado, 12 de marzo de 2011

SHAWARMA GERENCIAL EN SALSA DE FILOSOFÍA

Cuando se habla de gerencia la mente de muchos les lleva a idealizar la organización, los procesos, los esquemas y las teorías que le son propias. Habitualmente conversando con colegas se tropieza uno con algunos que no salen de las líneas de los libros, citan y citan autores para definir abstracciones cada más fractales para referirse a elementos puntuales de la empresa donde trabajan, por aquello de emplear lenguaje técnico para comunicarse mejor con sus “iguales” y da tristeza ver que esa es una práctica común entre profesionales que son muy buenos citando autores pero ponen poco o nada de su propia cosecha en sus palabras.
Considero que tratar la gerencia sin pensar en el elemento primigenio, el gerente, no sería un análisis completo. El individuo que toma las decisiones es el eje sobre el cual se balancea la organización, toda su humanidad en armonía con la naturaleza propia de su trabajo facilita la buena viabilidad de los procesos. Que quede claro, hago referencia a todos los niveles de decisión.
Recientemente tuve la oportunidad de estar acompañado por una dama, profesional en el área de alimentos, que con una brillantes de pensamiento (en perfecta armonía con su belleza) realizo una serie de planteamientos interesantes para una mente inquieta como la mía, conversando de Filosofía y Gerencia se aproximo a la Química y al aroma de la comida. La combinación de la Gastronomía con la Gerencia me hizo comprender, por un momento, como se siente el personaje principal de la película ratatouille cuando muerde la fresa y el queso juntos. Como explicar la motivación del gerente a actuar en pro de la organización visto desde la gastronomía, de la alquimia del cocinero a la química del chef.
Partiendo de definir la filosofía como el amor por el conocimiento y del hecho cierto que se busca este en cualquier elemento que nos rodea, pues la realidad es un conjunto de fragmentos que el yo interior interpretara para dar respuestas a las preguntas, aunque personalmente considero que ese análisis siempre dará preguntas a las preguntas, recuerdo la escena mencionada que me sirve para asistir a este encuentro con la escritura a propósito de mezclar Gerencia y Gastronomía, aunque por ahora no hablare de Morin y su pensamiento complejo.
Para diferenciar uno de otro, con el debido respeto para ambos, y para fines didácticos, el cocinero será alguien como yo que prepara un plato o dos sin mayores pretensiones solo para mantener el estomago contento, en tanto que un chef seria alguien que perfectamente desmonta la receta y la rearma en algo que si bien puede tener carácter experimental, tiene en su haber rigurosidad científica y seguramente gusta al paladar. La diferencia entre ambos es la pasión, la filosofía comprendida de lo que se hace y el porqué se hace, analógicamente el gerente va mas allá del trabajo mecánico y cuantitativo, se posiciona en la conciencia de hacer las cosas bien en toda su extensión, se interesa por lo cualitativo. Se ocupa de lo ontológico de los procesos y los recursos involucrados.
Puede ser fácil de escribir largos discernimientos en base a esto, mas citando y citando autores, pero por experiencia sé que es difícil de poner todo ello en palabras cuando se tiene en frente una mirada que hace que los procesos y sus teorías sean etéreos. Por fortuna la solución al dilema la tenía en la mano, un interesante bocado árabe que mi amiga me hizo conocer y cuyo nombre no me atrevía a pronunciar porque seguramente me equivocaba, Shawarma, una combinación de elementos envueltos en un pan delgado cuyo sabor me impresiono gratamente, sobre todo por lo “acidito”.
Un administrador es una persona que como el pan tiene procesos comunes para todos en su preparación preuniversitaria, y luego de una laboriosa tarea la universidad le agrega elementos aparentemente disimiles; le añade economía macro y micro, contabilidad, finanzas, matemáticas, estadística, ética, tecnología, entre otros y lo adereza con la enseñanza de la paciencia y la astucia. El aroma de la actividad incita al nuevo profesional a dar su conocimiento en pro de los objetivos organizacionales, motivación que hará que se convierta en un autentico “chef” de la gerencia. El tiempo hará del profesional de la administración un Gerente, alguien capaz de desmontar las recetas escritas en los libros y rearmarlas en función de las necesidades de su realidad.
Aun así, ello no significa que está totalmente listo para ser buen gerente una vez graduado, le falta el secreto para ser él un buen “Shawarma”, que en Gastronomía es una salsa a base de ajonjolí, porque: “la salsa le equilibra el acidito de los ingredientes”, en Gerencia debería ser una salsa a base de Filosofía, en particular con una fuerte base de Filantropía para equilibrar el “acidito que le da la ambición de dinero a la empresa”.
Yo por lo pronto seguiré escribiendo y recordando el perfume de la acacia. Considerare que este escrito cumplió su cometido su usted amigo lector capto la idea plasmada en estas líneas y en particular, si este humilde autor logra una sonrisa de la amiga a la cual hago referencia.

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