A veces uno recibe unas preguntas que bien pueden ser sencillas en su planteamiento pero profundas en su contenido, que se les pueden dar respuestas rápidas, casi inconscientes, que aun así puede que sean tanto o más densas que la pregunta que la origina. Fue recientemente mi caso, me preguntaron; ¿y tú que has hecho para borrar la brecha digital?, y respondí: “crackear”. Sonó jocoso, cierto, pero luego reflexionando, no es algo que este muy lejos de la realidad.
Aunque, por el tiempo pasado, ya ni me acuerdo como se usa el editor hexadecimal (¿aun se usa?), la intención de hacer ciertas cosas siempre fue el facilitarle a alguien el acceso a la informática mas allá de los siempre absurdos y abusivos precios de los programas informáticos (como si fuesen tan buenos) que siempre son una barrera elitista.
Bien bueno que generaciones posteriores mejoraron los procesos y los alcances, dando oportunidad a los menos afortunados a desarrollarse usando la herramienta informática. Quizás alguien a esta altura del texto piense que estoy loco apoyado “delitos” pero, ¿quién es más delincuente?; el que adquiere un programa “crakeado” para estudiar y superarse en la vida o el que quiere vender por centenares de dólares copias de algo que en suma le costó muy poco (recuerden que en general esos programas no salen de la nada, son solo viejos programas con nuevos trucos grabados en discos que valen casi nada de centavos de dólar). Yo pienso que es mas delincuente el que aprovechándose de su ignorancia roba al ciudadano de a pie. No se puede satanizar al que compra barato un programa para su provecho y el de su gente, porque por esa vía puede convertirse en agente generador del próximo nivel del programa que le ocupa o más.
Por tener un empleo estable (y no ser mi fuerte) yo no llegue a comercializar discos como otros, pero si contribuí y aun lo hago, dentro de mi ámbito diario, a cerrar la brecha digital ayudando al que no sabe, recuerdo ayudar a la muchacha que se iniciaba como secretaria a conocer el Word, al amigo mensajero que paso a ser oficinista a iniciarse en el Excel, a los compañeros que decían que estaba loco cuando limpiaba de “todo mal” las maquinas contaminadas por los que solo sabían de juegos “mata-marcianos”. En particular al amigo vigilante que se asombraba de ver gráficos en la pantalla, el explicarle que no era una televisión con teclado y tiempo después verlo estudiando informática y a él explicándome cosas a mí, es decir comprendiendo los procesos.
Aun creo contribuir en algo al cierre de la llamada brecha digital, aunque no comparto la forma en que habitualmente la miden. Dar un poco de tiempo para que alguien aprenda y comprenda es una satisfacción personal, no pido ni quiero nada a cambio, estoy convencido que solo estoy haciendo lo que otros en el pasado alguna vez ya hicieron, ayudar a la nueva generación… y pretendo seguir haciéndolo, humildemente.
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